Desde que nuestro difunto Presidente Chávez,
Venezuela ha tenido problemas bastante complicados con Estados Unidos por
simplemente tener una visión diferente y estar claros con respecto a su
posición frente al mundo. Las discusiones no se han acabado puesto que Nicolás
Maduro, siguiendo el legado de su “padre”, El Comandante Supremo, se desvive
por acusar a EEUU ante cualquier adversidad que tiene nuestro país.
¿Nunca han escuchado una frase como:
“Antes de criticarme, primero mírate en un espejo”? Parece que este Gobierno no
sabe qué es la autocrítica, pero como todo buen chismoso, adora estar apuntando
a los demás como si fueran perfectos, pues claro, son hijos de un “Dios”.
Después de tanto cuento, llegaron las
reacciones, y nada más ni nada menos que de parte del Presidente de los Estados
Unidos de Norteamérica. Siete funcionarios venezolanos fueron castigados por el
vecino más poderoso y se quejan de que nos tachen como “riesgo extraordinario
que supone la situación en Venezuela para la seguridad de Estados Unidos”,
según Katherine Harrington.
Creo que cada país está en su derecho de
imponer las sanciones que desea pero, ojo, cuando alguien nos está echando
“paja” ¿Qué hacemos? Supongo que ninguna persona va estar de amigo de alguien
que no pretende el bien para ti. Es ridículo, egoísta, un acto de total
hipocresía, entonces después se molestan y dicen que ellos quieren una guerra.
Jugamos a “dime que yo te diré”, tú me
sancionas, yo te pido visas para entrar a este paraíso. Tú me tachas de ladrón,
yo te digo que quieres darme un golpe de estado, matarme y quedarte con mi
petróleo. Están pasando la papa hasta que alguien se queme y aquí no tenemos
armas para pelear contra tal potencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario